Existen pocas verdades teológicas en la historia de la Iglesia que han provocado tanta controversia, discordia y división como la doctrina del Espíritu Santo. Partiendo de antiguas desaveniencias sobre la Trinidad y la “procesión”, hasta las controversias modernas acerca del bautismo y los dones del Espíritu Santo, estos temas han provocado que creyentes sinceros y piadosos entren en conflicto acerca de esta verdad tan importante. No obstante, pese al historial de conflicto, la doctrina del Espíritu Santo es un tema central en nuestra comprensión de quién es Dios y la forma cómo experimentamos su presencia viva. Este módulo explora la persona y obra del Espíritu Santo, comenzando con la evidencia bíblica de Dios el Espíritu, como la tercera persona del Dios trino. Nuestro estudio empieza con un retrato bíblico del Espíritu como una persona divina, que es Dios y actúa conscientemente como Dios. Además discutiremos la relación del Espíritu con el Padre y el Hijo, como el “vínculo de amor” entre ellos y como su “don de amor al mundo”. Posteriormente, consideraremos la naturaleza de la revelación profética y el Espíritu como aquel que inspira e ilumina la Palabra de Dios, y convence a la humanidad, lo cual nos permite superar la decepción que produce el pecado y nos guía al arrepentimiento verdadero. Concluimos nuestro estudio, abordando la presencia poderosa del Espíritu Santo, es decir, su ministerio de gracia y poder en las vidas de quienes se arrepienten y creen. Esbozamos el rol crítico del Espíritu en la regeneración, adopción, bautismo, en los dones, su capacitad de habitar en nuestro interior y sellarnos, y en la santificación. En efecto, el Espíritu Santo faculta a la Iglesia a cumplir su misión en el mundo.