Como discípulos de Jesús del siglo XXI en las ciudades de Estados Unidos, deseamos ser fructíferos en la obra de Dios: ministrando a los perdidos y contribuyendo con el avance del Reino de Jesucristo (Juan 15.8,16). Dios ha ordenado que produzcamos fruto abundante y duradero en nuestra generación, llevando las Buenas Nuevas del amor de Cristo hasta los confines de la tierra. El mandato es válido hasta el regreso de Cristo. Estamos llamados a evangelizar a los perdidos, preparar a los redimidos, y facultar a las nuevas generaciones para ser sal y luz de las comunidades donde viven y trabajan. En este módulo, exploramos la visión de la evangelización, discipulado y plantación de iglesias en las ciudades. Afirmamos el señorío de Jesucristo, quien como Señor resucitado y Mesías ungido de Dios, ha sido exaltado como cabeza de la Iglesia y como Señor de la cosecha. Como Señor, nos llama a penetrar nuestros oikos (redes de hogares) a través de una evangelización urbana e intercultural. Si testificamos del Evangelio en nuestras redes de parentesco, amistades y asociaciones, podemos ganar a otros en la parte urbana de Estados Unidos. Este curso además considera la idea de preparar a los nuevos creyentes mediante el seguimiento, o incorporación de los nuevos discípulos a la Iglesia. Con el argumento de que la Iglesia es el medio que Dios usa para llevar a los nuevos cristianos hacia la madurez, el curso discute el seguimiento y discipulado como el medio de cimentar a los cristianos en la fe. Finalmente, exploramos la importancia de la plantación de iglesias, y el rol esencial de la capacitación de líderes a fin de facultarlos para la multiplicación. Este módulo concluye con un sólido plan de acción de una iglesia urbana llena de Dios, que puede ser el agente de cambio y libertad de parte de Dios dentro de su comunidad, en el nombre de Jesús.