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Reinos en Conflicto

Las Sagradas Escrituras hacen declaraciones irrefutables, y nos proporcionan un vasto, amplio y preciso diccionario para descubrir, entender y definir el sistema de Dios, como sinónimo del reino de Dios o el reino de los cielos. Examinemos, pues, la definición del sistema de Dios a la luz de esta revelación: “Porque el reino de Dios (el sistema de Dios) no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo por el Espíritu Santo” (Romanos 14:17). “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder” (I Corintios 4:20). ¿El Reino de Dios… es qué? ¡Es justicia, paz, gozo y poder! Verdad, integridad, rectitud, santidad, honestidad, sinceridad, caridad, fe, misericordia, perdón, compasión, mansedumbre, tolerancia, bondad, paciencia, amor, templanza, valor, esperanza… son la evidencia de las normas, la ética, los preceptos y principios que rigen su reino; y, además, son el reflejo de la misma naturaleza y carácter de Dios. En su reino, Dios prohíbe la injusticia, la rebelión, la tiranía, el pecado, la iniquidad, la maldad, la traición, la malicia, la política, los pleitos, los celos, las iras, las contiendas, el engaño, la opresión, la intimidación, la manipulación, el robo, el fraude, la mentira, las divisiones, el odio, los aborrecimientos, el orgullo, la soberbia, las murmuraciones, los falsos testimonios, las detracciones; el abuso físico, mental, emocional, moral y espiritual, la falta de perdón y las raíces de amargura. Todas estas obras de la carne son la infiltración del otro reino al campo de los santos. Estos elementos y “valores” constituyen la naturaleza y esencia del sistema de hombre.